martes, 6 de diciembre de 2016

1931, PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA Y PROHIBICIÓN DE LA PROCESIÓN DE LA VIRGEN DE LA CONCEPCIÓN.


El  12 de abril de 1931, tienen lugar las elecciones municipales que en Agaete no se celebran porque solo hay una candidatura presentada, la monárquica, lo mismo sucede en catorce municipios más de la isla. Los concejales al no tener contrincantes, son proclamados el domingo anterior, 5 de Abril de 1931, por el artículo 29 de la ley electoral.


Relación de concejales elegidos en Agaete, elecciones municipales abril de 1931. (la voz del Norte)

La instauración de la república el 14 de abril de 1931, se celebró en el pueblo como era costumbre con la banda de música recorriendo las calles acompañada de numerosos vecinos, "republicanos de última echadura", finalizando en el ayuntamiento, donde fueron obsequiados  con pastas y licores, en especial el afamado "ron del ancla", según la prensa de la época.

Proclamación de la república en Agaete.

El nuevo ayuntamiento, monárquico en una España republicana y con el rey en huida hacia Italia, dura poco, porque la izquierda en un comportamiento poco democrático según algunos historiadores (Agustín Millares), maniobra al vencer los republicanos a nivel nacional y consigue la anulación de las elecciones en Agaete y catorce municipios más de la isla donde no tenían representación, nombrándose una gestora que dimite tras unos días, el único acuerdo que hace esta gestora es cambiar el nombre a varias calles, la plaza pasa a llamarse "Plaza de la Libertad", la calle XIII de septiembre, pasa a "14 de Abril" y la calle la Concepción, calle de "Galán y Hernández", oficiales del ejército que se habían sublevados contra la monarquía en 1930. Se nombra otra nueva gestora presidida por el médico de tendencia progresista D. Víctor Mendiola Álvarez, repitiendose las elecciones el 31 de mayo, presentándose nuevamente una sola candidatura, pero esta vez pactada entre monárquicos y republicanos, aunque solo hay un federal y un independiente, el resto son los mismos monárquicos de Abril, ahora llamados "Radicales", resultando elegido alcalde, D. José Armas Galván,  este ayuntamiento continúa hasta las elecciones de 1936, y algunos de sus concejales siguen con el régimen de Franco durante muchos años e incluso colaboran en la represión posterior al golpe de estado del 18 de julio de 1936.

La llegada de la república y sus nuevas leyes, el apoyo del gobernador civil, Bernardino Valle, auténtica autoridad republicana, y la llegada al pueblo de un nuevo farmacéutico, joven de tendencia anarquista, Fernando Egea Ramírez, que se convierte rápidamente en un líder sindical, organizando e instruyendo a las clases trabajadoras, el viejo poder caciquil reinante se empieza a resquebrajar.

LA SUSPENSIÓN DE LA PROCESIÓN DE LA PATRONA DE AGAETE.




El dia 7 de Diciembre de 1932, se recibe en el ayuntamiento un telegrama procedente del gobierno civil, en el que el Gobernador ordena al alcalde, comunicar al párroco, la suspensión de la procesión de la  Virgen de la Concepción del día 8 de diciembre, patrona de la villa, a petición de vecinos de la localidad,(republicanos de izquierda) por motivos de orden público, aunque detrás de todo está el intento republicano de poner en práctica las nuevas leyes que daban un carácter laico al nuevo régimen. La orden es trasladada al cura párroco de inmediato.


Telegrama procedente del Gobierno Civil, ordenando la suspensión de la procesión de la Inmaculada, (Archivo municipal).

El día 8 festividad de la Inmaculada Concepción, con la iglesia llena a rebosar, el párroco, D. Juan Hernández Quintana, en su homilía desde el púlpito, advierte a los feligreses la prohibición gubernativa de sacar a la patrona a la calle, formándose un gran alboroto, al terminar la función religiosa la multitud rodeó el trono, el párroco les lee el oficio en el que el alcalde, siguiendo órdenes del Gobernador, le comunicaba la prohibición de sacar la  Inmaculada a la calle.

Escrito del párroco dando cuenta del incidente. (Archivo Municipal)

A pesar de las advertencias del cura, la multitud coge a la virgen en volandas  y sacan la procesión de la Inmaculada por las calles del pueblo, haciendo caso omiso a la prohibición gubernamental y efectuando el recorrido habitual entre cánticos y rezos.  
El párroco temeroso de la que se le venía encima da cuenta inmediatamente al alcalde, escudándose que él no acompañó el acto y que se había negado a sacar la cruz alzada para presidir dicha procesión, manifestando que la procesión se había desarrollado sin incidentes en la vía pública.

El alcalde el mismo día 8, da cuenta al Gobernador Civil, poniéndose en marcha un expediente administrativo que termina con una multa al párroco, al igual que  el de Teror y el del Puerto de la Luz, por hechos similares.



Protesta en la prensa nacional, ABC, por la multa a los curas por sacar procesiones.




Cuatro días después del 8 de diciembre, la izquierda republicana ya perfectamente organizada a través del sindicato SOVA, (sociedad de oficios varios de Agaete),  remite este curioso escrito al ayuntamiento en el que le piden que la calle León y Castillo de la villa cambie su nombre, "por ser un cacique de triste recuerdo para los trabajadores canarios, proponiendo que se llame Pablo Iglesias". 
El clima entre monárquicos, derechas, católicos militantes y la izquierda republicana, en el pequeño pueblo de Agaete había empezado a enrarecerse, acrecentándose en los siguientes cuatro años, culminando en los tristes sucesos que comienzan  a partir del verano de 1936.  


Dando cuenta del incidente de la procesión al Gobernador Civil. (archivo provincial).

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